Una casa sana desde las raíces: no humedad, no contaminación, no gas radón
Una casa salubre necesita una cimentación sana, un contrapiso seco y un control constante de la humedad que sube desde el suelo. La técnica del contrapiso ventilado, conocida desde la Antigua Roma, es simple, segura y de rápida realización. Consiste en la colocación de moldes a perder, de plástico reciclado, en forma de cúpulas, sobre las que se chorrea una losa en concreto. Las galerías subterráneas formadas debajo de los moldes plásticos comunican con el exterior a través de boquetes colocados a los lados del edificio, permitiendo una ventilación constante con consiguiente eliminación de la humedad y de gases radiactivos tal como el gas radón.
Ventajas:
- Drástica reducción de los tiempos de instalación y de los costos de mano de obra
- Eliminación del gas radón a través de la ventilación natural
- Ahorros de hormigón e inertes
- Impermeabilización contra la humedad
- Facilidad de paso de los ductos técnicos